Mis Hijos Ladran: Como perros y gatos!

Siempre se ha mencionado que perros y gatos son enemigos por naturaleza, lo vemos en la tele, en los libros, en todas partes: "Perro persigue gato, gato odia perro". Pero como toda regla, siempre hay excepciones y muchas veces las relaciones entre ambos llegan a ser tan fuertes y especiales como aquellas con los de su propia especie.

Yo soy madre perruna, pero tía gatuna, y si bien hay una gran diferencia entre estos dos hermosos y únicos animales (y sus aficionados) al final de cuentas, ambos son capaces de dar tanto amor como se les demuestre y enseñe, y ambos resultan ser mascotas, amigos o hijos increíbles.

También hay gatos que se creen perros, perros que parecen gatos, hay personas que aman a ambos por igual, y algunos solo prefieren a uno o al otro. Hay diferencias y similitudes, pros y contras en cada caso, así que lo mas importante es pensar cual es el animal que mejor se acopla a nuestra personalidad y estilo de vida.

Debemos deshacernos del estereotipo de que gatos y perros no pueden ser amigos, que si tengo a uno no puedo tener al otro, y considerar la posibilidad de que todo es modificable y que los animales así como los humanos, son capaces de adaptarse a diversas situaciones.

En mi caso Duba no es muy amiga de los gatos, supongo que tendrá que ver con su crianza, al contrario de Capi que no parece ponerles mucho cuidado. Poderoso es caso aparte, para el cualquier otro ser vivo es tanto intrigante como invasivo, así que siempre muestra emociones diversas.

Chili y Brownie convivieron con una gata, y si bien hubo uno que otro roce, lograron mantener una relación neutral por varios meses.

Pero los casos mas bellos que he visto personalmente, con respecto a la unión de ambas especies, se dieron mas recientemente. Primero fue el caso de Jack, un perro que rescatamos allá por la zona de los Santos, cachorro y en los huesos, pero logro sobrevivir y fue el perro de mi familia por muchos años. Jack era muy antisocial, había sido agredido por otros mas grandes que el, que lo excluyeron absolutamente de aquella manada, al grado tal de la inanición.

Mucho tiempo después y ya en su ultima etapa de vida, conoció a Skeletor, un gatito bebé huérfano, que mi hermana se encontró en una alcantarilla. Lo llevo a la casa, cuido y alimento hasta que su condición mejoro notablemente. Ya para este punto, el amor era absoluto y Skeletor se quedo viviendo en la casa. Cual fue la sorpresa cuando un dia este decidió acurrucarse junto al enorme perro viejo y mal humorado, y Jack sorprendido y confundido, se lo permitió, y en el final de su vida conoció a un pequeño amigo gato, al que acepto y quiso a pesar de sus diferencias.

Por otro lado, llegó Lali, una gatita muy joven, que fue rescatada de un barrio conflictivo embarazada e inexperta. Después de tener sus bebés, se reporto un problema con una perrita que había rechazado a uno de los cachorros y se negaba a darle de comer. Si no se encontraba una mamá sustituta, el perrito moriría. Mi hermana ofreció la posibilidad de intentar unir al cachorro a la camada de Lali, con la esperanza de que la gata lo aceptara y pudiera alimentarlo.

La naturaleza es sabia y maravillosa, inmediatamente el perrito fue introducido al grupo de gatitos y Lali, la madre sustituta lo recibió con todo el amor maternal que tenia para dar, sin marcar diferencias hacia aquel diminuto ser canino.

Se de amigos que tienen manadas mixtas, gatos y perros que juegan, conviven y se quieren. Así que vale la pena dejar a un lado los prejuicios y los estereotipos, no solo con respecto a ellos, sino en cualquier aspecto cotidiano. Si podemos aprender de nuestros animales que todos somos iguales y podemos ser amigos y vivir en paz respetando las diferencias, porque aveces insistimos en ser humanos, dividir y rechazar?

La próxima vez que escuchemos la expresión "Como perros y gatos", consideremos la opción de una convivencia armoniosa y amable como una posibilidad y pensemos que en esta vida, las cosas no siempre tienen que ser como nos las pintan.