27 nov 2016

Carta al asesino de mi perro:


Abominable humano,

Descansa en paz Osito.
Marzo 2016
Hace casi nueve meses tuviste la osadía de asesinar a mi perro sin motivo alguno y con absoluta sangre fría. No hay vez que piense en él y no sienta como mi corazón se arruga en impotencia y mi alma se oscurece entre lágrimas y reproches.

Has matado a mi perro, por absoluta maldad, sin sentir remordimiento, quizás entre risas y placer, nunca lo sabré ni me interesa saberlo.  No sé quién eres, ni que te llevo a convertirte en una persona tan vacía y miserable capaz de robarle la vida a un ser indefenso y noble.

Tres tiros premeditados y sin mirar atrás.  En medio de la noche, disparaste a matar, contra un noble animal el cual estoy absolutamente segura que no fue capaz de gruñirte y mucho menos atacarte.  A quien atacaste por detrás mientras huía. Porque Oso jamás hubiera sido capaz de una amenaza; al contrario: el solo sabía huir de los hombres.

Si, se llamaba Oso, era un perro viejo y cansado.  Golpeado por la vida y la indiferencia humana que vivió su vida entre carencias y soledad.  Oso no era mi perro, porque era de la calle; sin embargo nuestras vidas un día se cruzaron y le entregue mi corazón.  Él no era mío, no era de nadie pero yo lo amaba y trate por meses de salvarlo.  Lamentablemente fracase y eso es lo que menos me perdono.

Había sido tanto el maltrato que sufrió en vida que no permitía que ningún humano se acercara, pasaba escondido y con miedo, buscando comida, agua y algún rincón para pasar sus días.  Yo lo cure, lo alimente y trate de ganarme su confianza por casi un año, y cuando ya estaba a punto de lograrlo llegaste tú vil hombre y me lo robaste.

Su pecado fue cruzarse contigo en un mal día, quizás de esos donde tu miseria y frustraciones superaron tu cualidad de humano, y descargaste contra lo primero que pudiste.  O tal vez simplemente tuvo la mala suerte de encontrarse con un tipo sin sentimientos ni corazón.  Alguien podrido en vida, con un espíritu oscuro, quien probablemente sea el que no merezca caminar el mundo de los vivos.

No sé qué sentiste, porque lo hiciste o si algún día te importó o te arrepentiste.  Lo más probable es que no haya ninguna respuesta.  Yo no creo en cielos ni en infiernos, pero sí creo fielmente que algún día la vida te lo va a cobrar y espero que sea donde más te duela, y que en ese momento, algo en tus entrañas te recuerde la mirada noble de aquel animal que valía más que tú.  

Hasta entonces, solo tengo mi desprecio para darte, aunque no te conozca.  Vomito el día en que naciste y espero que por cosas de la vida esto llegue a tus ojos y sepas que te hablo a ti! Si, a ti, aquel que mata, que envenena, que maltrata, que golpea, que abusa, que hiere sin razón a seres indefensos que no son culpables de ningún mal, y a ti ASESINO de Oso, que al igual que todos los de tu calaña no son más que una sub especie que no merecen llamarse hombres o mujeres.

Oso fue solo un perro, pero podrás tener la certeza que fue amado en vida, algo que seguramente no entiendas, porque los demonios no saben de amor y mucho menos lo merecen.

Hasta nunca y que la vida te trate como debe.