Después de
arribar, al momento de abrir las jaulas, los perros estaban desesperados.
Lo primero que hicieron fue salir a tomar agua hasta más no poder, para inmediatamente empezar a olfatear todo lo que aparecía a su paso. Por un momento traté de ponerme en sus zapatos, no tenían la más mínima idea de que acababan de cruzar miles de kilómetros, sobre el cielo, para llegar a "otro país". Ellos no saben de países, pasaportes, fronteras o aviones.
Lo primero que hicieron fue salir a tomar agua hasta más no poder, para inmediatamente empezar a olfatear todo lo que aparecía a su paso. Por un momento traté de ponerme en sus zapatos, no tenían la más mínima idea de que acababan de cruzar miles de kilómetros, sobre el cielo, para llegar a "otro país". Ellos no saben de países, pasaportes, fronteras o aviones.
Para ellos, solo
existía el hecho de que, muchas horas atrás, estuvieron rodeados de desconocidos,
los subieron y bajaron de aparatos extraños y lo peor de todo, no sabían donde estábamos
o si acaso volverían a vernos! Que confusión deben hacer sentido! Es casi como
si viniera un OVNI, me montara sin preguntarme, y horas después yo estuviera en
otro planeta completamente nuevo.
La mañana
siguiente ya se notaba el cambio en ellos, su serenidad y armonía con el
ambiente, rodeados de plantas y flores en el nuevo jardín era evidente. Mis
perros no pensaron si volvería a su antigua casa, o se preocuparon por las
cosas que dejaron atrás. No les importó si esta casa es más linda, grande
o pequeña que la que teníamos antes, si tenemos o no las mismas comodidades.
Ellos solo sabían que estábamos juntos de nuevo, que durmieron a nuestro
lado, seguros y calentitos, y que al
despertar hubo desayuno y agua fresca en sus platos. Ellos eran felices.

Pero ellos estaban emocionados, acá todo seguramente huele distinto, las calles se sienten diferentes bajo sus patitas y hasta el aire y el clima nos acarician de otra manera.

Hoy, 17 días después, la manada esta prácticamente adaptada a la nueva rutina. Son felices con tan poco, valoran cada día como el primero y el último, gozan de las pequeñas cosas, y no piensan en lo que quedó atrás o en lo que nos depara el destino...A veces quisiera ser más como ellos, ver la vida con sus ojos y ser tan libre como para poder despertarme cada mañana sin preocuparme por nada más que por este preciso segundo, y uno a uno por los que vendrán.
...Cuanto me enseñan estos peludos!!!! :)
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